Como símbolo de la pureza suele representar la dureza también. Sin embargo, no nos engañemos, puesto que su duro caparazón, esconde un corazón tierno y frágil, es precisamente este núcleo el que confiere al diamante su carácter de joya brillante.
Tanto si su diamante se encuentra engastado en una joya, como si se trata de una piedra al natural, es importante limpiarlo y cuidarlo a diario para preservarlo de posibles daños o pérdidas.
Algunas formulas caseras para limpiar el diamante
El Lavavajillas
Puedes preparar una solución para limpiarlo, si cueces una mezcla de agua y de producto lavavajillas, con una gota de lejía en el agua. Una vez preparada la poción, sumerge el diamante en ella durante 30 minutos. Utiliza un cepillo de dientes de cerdas blanditas para eliminar despacio los residuos y suciedad restantes. Enjugarlo con agua tibia y secarlo con un paño suave y limpio.
Amoniaco
Calienta una mezcla compuesta por un 85% de agua fría y un 15% de amoniaco. Sumerge en ella el diamante. Media hora más tarde, las impurezas y suciedad de la piedra se despegarán. Limpia el diamante con una solución jabonosa desengrasante y frótelo con un cepillo suave. Enjuagalo con agua tibia y séquelo con cuidado.
Vodka
Sumerge el diamante en un vaso de vodka. Algunos minutos después, enjuagado con agua tibia, sécalo con una gamuza. Tu diamante brillará enormemente.
No dude en dejar que los profesionales, los joyeros y talleres le limpien el diamante.
Los profesionales disponen de máquinas específicas para esta tarea, como por ejemplo, los ultrasonidos. Este servicio puede ser más costoso pero es importante hacer verificar tu diamante al menos cada dos años por un experto. Cuidado, aún quedan deshonestos que podrán cambiarte el diamante verdadero por uno falso, sólo su número de inscripción realizado con láser podrá ayudarte a reconocer el tuyo.
Consejos de cuidado y mantenimiento diario de un diamante
Quítate las joyas si vas a trabajar en casa, por ejemplo, limpiando, lavando la vajilla o haciendo el jardín. Porque efectivamente, tu diamante puede ir recogiendo resíduos y partículas impuras de tu limpieza o de los productos químicos que utilices.
Evita el contacto de un diamante con los productos cosméticos o aceites, como por ejemplo las lacas, geles, cremas de sol, etc..que pueden ensuciarlo.
Evita dejar tus diamantes en la caja de joyas sin cubrirlos adecuadamente, porque podrían rayarse entre ellos mismos. Intenta ordenarlos y guardarlos en departamentos separados, para evitar el contacto de las piedras.
Un golpe puede marcar el diamante para siempre, lo cual hará que pierda valor.
Algunos consejos útiles:
– En la escala de dureza de Mohs (del 1 al 10), el diamante tiene un 10 de dureza.
– Esta piedra aguanta altas temperaturas y medios ácidos.
– Sólo un diamante puede dañar otro.
– La lejía puede hacer que la montura de tu joya pierda color, ten cuidado máximo con su uso en joyas.
– El cloro le da un color blanquecino al diamante.
– Evita las servilletas de papel, pañuelos en papel o tejidos afelpados para su limpieza y almacenamiento.
– Limpiar el diamante con una gamuza empapada de alcohol de 90° le devolverá todo su brillo.
– La limpieza con ultrasonidos puede alterar el engastado de la piedra y provocar más adelante una posible pérdida de la misma.